Desde septiembre que se supo que James Blake, joven músico londinense de 22 años, iba a sacar su disco debut a comienzos de este 2011, saltaron todas las alarmas y las expectativas se dispararon hasta niveles insospechados, por otra parte, expectativas totalmente justificadas si escuchamos los singles y eps publicados por este mago de la electrónica durante el año pasado. El homónimo James Blake (Atlas Recordings, 2011) es, desde ya , uno de los favoritos a coronar las listas de este año, obra majestuosa en la que todas esas expectativas se han visto superadas y con creces, ya desde la inicial Wilhelms Scream y esos titubeantes pero firmes juegos vocales acompañados de una ligera bruma soft- noise la cosa apunta alto, y bien arriba que llega una vez los ultimos compases de Measurements se van extinguiendo.
El acierto de Blake radica en no querer rizar el rizo más de lo necesario,eso no es fácil, hay que ser muy inteligente para llegar al punto exacto y no pasarse, ajustar técnica, posibilidades y un enorme talento al servicio de un registro vocal excepcional y a su ya demostrada capacidad para extraer lo mejor de esa barrecha soul, dubstep y electrónica minimalista lo- fi de ensueño.
Piano, melodias suaves, susurros, voz firme y arrolladora, filtros vocales a tutiplén, vamos, mete en una batidora a Kanye West, a Burial y a Antony ( ay amigo, que se siente al no tener ya el vozarrón más guapo del reino?), aprieta al ON, y el resultado será inevitablemente James Blake.
James Blake - James Blake (Atlas Recordings, 2011)
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