El otro día repasando álbumes de cromos de mi niña, recordé las colecciones que yo hice en mi más tierna infancia, donde clarísimamente ganaban las de fútbol, temporada tras temporada. Las había de todo tipo, de series de dibujos, de películas, vamos como ahora pero menos espectaculares y mucho más baratas.
Cuento esto porque guardo muy buen recuerdo de una que salió sobre logos, marcas, etc... Era bastante espectacular para la época, por lo menos los cromos eran adhesivos, supongo que a algún treintañero le sonará de algo esta historia, pues bueno, esta no acabó del todo bien y no pude completar el álbum, de hecho solo completé uno en toda mi vida y porque los cromos los regalaban con los yogures.
Por ese motivo quizás o porque simplemente es una puta gozada visual, me emocioné sobremanera la primera vez que vi el cortometraje de animación que se llevó el Oscar este año y el fin de esta entrada es el de que si hay alguien que no conozca su existencia, todavía, le ponga remedio lo antes posible.
Por cierto, que no me escaqueo, si alguien se ha quedado con la duda del álbum que completé que mire aquí.
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